La pólvora está compuesta por la mezcla de varios químicos entre carbón, azufre y nitrato de potasio, que la hacen altamente explosiva, inflamable y tóxica. La combustión de la pólvora se puede iniciar con facilidad por su contacto con llamas, calor, fricción y golpes, razones por las cuales, se requiere que su manejo sea muy cuidadoso y realizado por expertos. Al explotar produce una considerable cantidad de humo y muchos gases tóxicos que afectan la salud de las personas que se encuentren en el lugar donde se esté utilizando.
Recuerda que el uso incorrecto de la pólvora puede generar:
- Lesiones auditivas como sordera momentánea o definitiva.
- Quemaduras de primer, segundo y tercer grado con posibilidad de amputaciones y/o perdida de miembros.
- Intoxicaciones debido a la ingesta de elementos elaborados con fósforo blanco.
Para el tratamiento de quemaduras sigue estas recomendaciones:
- Lavar la zona con agua limpia y fría.
- No retirar elementos que hayan quedado adheridos.
- No aplicar cremas, aceites, grasas, pomadas ni polvos.
- Acude inmediatamente al centro de salud más cercano.